¿Por qué importa el tema de violencia de género en las salas de juntas de las empresas?

Por Paola Bortoluz

Todos escuchamos sobre el tema de violencia de género y generalmente es un tema con el que nos relacionamos como algo que sucede “ahí afuera” a alguien. No en nuestras casas, negocios, organizaciones y muchas veces ni en nuestras comunidades.

La realidad es que así no es.

67 de cada 100 mujeres de mas de 15 años han experimentado algún tipo de violencia de género. 22% de la mujeres laboralmente activas han sido víctimas de violencia laboral. En julio de 2019 la CNDH publicó que el 80% de los trabajadores ha presenciado un acto de acoso laboral contra una persona colaboradora. La violencia laboral sería el tema lógico que le atañería a las empresas hoy en día, y de hecho algunas tienen iniciativas corriendo para atenderlo. Pero también existe la violencia familiar, la docente, la institucional, la violencia de la comunidad y bueno!  la terrible violencia feminicida.

Los costos de cada una de ellas podemos medirlos o no. Nadie siquiera sabemos cuántos huérfanos hay de la violencia feminicida.

Lo real es que vivimos en una cultura que ha normalizado y por lo tanto invisibilizado esta violencia. Pero resulta que no sucede ni impacta a alguien “allá afuera”. Tiene importantes costos sociales y empresariales. Y como sociedad y empresas, hemos hasta ahora sumido como hemos podido cada uno, consciente o inconscientemente, los costos de la misma.

Estudios del impacto en productividad de la violencia contra las mujeres, medida en términos de los costos relacionados con la disminución de rendimiento laboral y pérdida de días laborales, estiman pérdidas equivalentes al 6.46% del PIB en casos de Latinoamérica. La UNAM y SEGOB estiman, tan solo por violencia de pareja, costos sociales en México de 1.4% del PIB.

Las empresas representan comunidades importantes en número de personas, no sólo por pensar en sus empleos directos, sino en las familias relacionadas a esas personas y también la multiplicación de estos números si se piensa en los empleos indirectos. Todas estas, pequeñas o grandes comunidades son muestras del país en donde 67 de cada 10 de esas mujeras de justo esa comunidad, han experimentado algún tipo de violencia. De los varios y multifacéticos que hay.

Hoy nuestros empresarios y empresarias no son expertas en este tema. Sí son expertas en el desarrollo de negocios productivos, rentables, innovadores y sustentables. Personas expertas en lidiar con contratiempos de mercado, económicos, tecnológicos, climáticos, geográficos para cumplir con sus metas de negocio. De ahí la relevancia de los esfuerzos de indagación en las esferas de los negocios, en las salas de juntas.

La diferencia la hacemos todos y todas, y es importante hablar sobre este tema por que nos afecta a todos. Es importante hablarlo en todos los espacios. No tener información, ES tener información. No hay respuestas fáciles ni rápidas, como en casi ningún tema. Pero sí hay forma desde nuestros espacios personales de hacer una diferencia. Es imprescindible hablar sobre este tema para girar el enfoque de nuestra sociedad y nuestras organizaciones hacia uno más real y humano. Y que dicho sea obvio de paso, reconozca un costo escondido que impacta el desarrollo de todos.

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